Sistema inmune: que las enfermedades no te encuentren

La salud es nuestro bien más preciado, es una frase que todos escuchamos desde pequeños pero que lo aprendemos con el paso del tiempo. Ahora que han pasado los años, ¿ya sabes cómo cuidar de tu sistema inmune? Aquí te platicamos cómo proteger al cuerpo de las enfermedades.



¿Te acuerdas cuando jugabas a las escondidillas? -Era emocionante que no te encontraran, ¿cierto?- . Sin embargo, lo mejor, era tener la estrategia perfecta para llegar a “la base” sano y salvo. Cuando somos niños casi todo se torna como si fuera un juego, luego la vida se va poniendo más seria y nos llenamos de diferentes tipos de actividades, por lo que resulta una buena idea retomar ese espíritu divertido que dejamos atrás.

Imagina que las enfermedades, los virus y las bacterias son “el enemigo” (los antígenos). Pues bien, aunque no te expongas a situaciones de contagio es importante, llegar a “la base” te hará ganar el juego ¿verdad? La estrategia para que eso ocurra es tener un sistema inmune fuerte porque es él quien trabaja para reconocer y eliminar a esos antígenos. 


El sistema inmune es nuestro sistema de defensa contra las infecciones. Todos contamos con una serie de células que colaboran entre sí para proteger nuestro cuerpo, así que cuando llegan los “antígenos”, esos gérmenes invasores que te enferman, estamos preparados para bloquearlos y mantenernos sanos. Por eso, es vital que ese sistema inmune esté siempre fuerte.


Debes saber que existen 3 tipos de inmunidad para combatir a los antígenos o las enfermedades enemigas: inmunidad innata, adaptativa y pasiva.


Conforme van pasando los años, no solo nosotros jugamos cada vez menos, también nuestro sistema inmunológico cambia y su desarrollo se va ralentizando. Para ser más específicos, se vuelve más lento para responder, lo que incrementa el riesgo a enfermarnos; por ejemplo, en algunas ocasiones las vacunas antigripales u otras, no funcionan tan bien y no protegen igual a niños que a adultos. Estos cambios afectan a la inmunidad innata y adaptativa, pero por suerte en el juego de la salud, todos somos un equipo. A través de la alimentación, podemos reforzar la inmunidad pasiva para regresar a “la base” y esto aplica a todas las edades.

Lo básico entonces es que según vayamos creciendo prestemos más atención a la nutrición. A través de la alimentación podemos reforzar el sistema inmune y prevenir o combatir las enfermedades. Estudios científicos especializados, demuestran que las vitaminas, minerales y los elementos traza, son elementos esenciales para la integridad y el perfecto funcionamiento del sistema inmunitario. Micronutrientes como la vitamina A (beta-caroteno), ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina E, hierro, zinc, cobre y selenio, modulan el efecto de los antígenos e influyen en la susceptibilidad de nuestro cuerpo en el momento de sufrir infecciones.



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Bibliografía

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